Todos tenemos una vaga idea de lo que se conoce como eco localización: sonidos agudos que se emiten y se reciben del rebote de estos, con el fin de obtener una localización, pero rara vez nos planteamos cómo es esto posible. Podemos verla implementada como una herramienta imprescindible para muchos vehículos controlados a distancia. Si bien es cierto que se pueden usar sensores infrarrojos para medir distancias pequeñas, una mejor opción es el sensor de ultrasonido, pues sirve para medir distancias de rangos más amplios. El concepto básico es siempre el mismo: sabiendo a qué velocidad viaja el sonido, si emitimos un pulso ultrasónico corto y escuchamos cuanto tiempo tarda en regresar el eco podemos calcular la distancia a la que se encuentra el objeto en el que ha rebotado la señal. En este proyecto, siguiendo este mismo principio, se enviarán pulsos ultrasónicos y, a través del eco de retorno, se espera localizar objetos en un radio máximo de 1 metro.